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viernes, 28 de enero de 2011

Y llegaron los papeles: Tengo mi “Iqama”

Cómo gestionar los visados

El Iqama es el permiso de residencia y trabajo en Arabia Saudi. Ya soy un ciudadano de segunda (antes era de tercera).
Lo mejor es que esa tarjetita tipo de crédito, nos permite tramitar la venida de Helena. Y tras tanto tiempo de incertidumbre es una alegría inmensa.
Tramitar toda la documentación necesaria para visitar, residir o trabajar en este país es una ardua tarea.
Larra comentaba en la España del XIX aquello de “vuelva usted mañana”. Aquí, y ahora, año 1431 según el calendario musulmán, no lo olvidemos, el dicho varia un poco. La respuesta suele ser “está en proceso”
La verdad es que tras unos meses aquí te percatas de que la administración Saudi realmente tiene un nivel de uso de la tecnología de la información muy bueno. Pero lo que falla es la información. Información sobre lo que necesitas, e información de cómo va el proceso, o de previsión.
Como decía, venir a este país no es fácil. De turista, si no eres musulmán (cuestión que se indica en tu visado si te lo dan) no puedes venir salvo que sea en visita comercial, y entonces debes ser invitado por una empresa de aquí; por reagrupación familiar, si el “marido” tiene permiso de residencia y la solicita; o ya con visado de trabajo.
Si eres hombre, los trámites funcionan con una cierta agilidad. Si eres mujer, “está en proceso”
Helena y yo, dentro de lo que cabe, hemos tenido mucha suerte. Yo tengo mi Iqama antes de los tres meses de llegar con visado de visita. Plazo que es un record comparado con lo que oigo por aquí. Y mucho más importante. Helena ya consiguió tener un visado de visita, siendo mujer y sin especificar “Mahram” que sería el único hombre que estaría autorizado a acompañarla dentro del país. Esto, es una pica en Flandes. Aunque tardó dos meses, cuando para un hombre llega en dos días, es grandioso.
Pero coincidió con que llegó mi propia autorización para tramitar mi Iqama, y hemos preferido esperar a su venida por reagrupación familiar. Ya que el visado de visita era para seis meses, y además le obliga a salir del país cada mes (aunque no estaba mal para hacer excursiones).
El proceso del Iqama es que una empresa te reclame como trabajador en la misma. Esto no pueden hacerlo con cualquiera pues depende de que profesión lo permiten o no, o lo complican. El control de inmigración es aquí muy férreo.
Una vez que el Ministerio correspondiente autoriza tu venida como trabajador debes continuar el trámite en España ante la embajada Saudi, para lo que tienes que estar físicamente en España pues uno de los documentos es tu pasaporte.
Los documentos que te piden en España son:
·        Pasaporte
·        Autorización del Ministerio Saudi ya concedida
·        2 fotografías
·        Contrato de trabajo firmado en Arabia Saudi y visado en el Ministerio en Arabia.
·        Diploma del título de formación que tengas
·        Certificado médico de no padecer ninguna enfermedad infectocontagiosa.
Cualquier documento español que tengas que tramitar ha de ir firmado por el correspondiente profesional (medico, notario, etc.), legalizado, visado por el colegio profesional provincial del profesional que lo firme, visado por el colegio general del profesional (en Madrid normalmente) o Ministerio de Justicia, y visado en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Como veis es entretenido, y es fácil que te falte un sello en algún papel, como nos ocurrió a nosotros con los certificados médicos.
Una vez con el visado de trabajo que te ponen en la Embajada en Madrid, tienes 90 días para tramitar el Iqama aquí. A mí me lo han dado ya en 10 días, previa presentación del pasaporte, y otro certificado médico idéntico al que piden en España pero ahora expedido por un medico saudí, y dos fotografías.
Por cierto que una vez que te dan el Iqama, que es una tarjeta como el DNI, No te devuelven el pasaporte. La empresa que te ha contratado y te ha tramitado el Iqama es responsable de que tu no tengas los dos documentos a la vez (Iqama y pasaporte), de manera que cuando tenga que viajar fuera del país, he de rellenar un formulario para que me dejen mi pasaporte, y me recogen el Iqama. A la vuelta del viaje, a la inversa. El documento del Iqama no puede salir del país. Y tú tampoco sin permiso de tu empresa. Ya veis cómo funciona el control de inmigrantes aquí. Y las sanciones para la empresa, el sponsor como se le denomina aquí, son tales que ninguna se arriesga. Aquí estas cosas son muy serias.
Y ahora empieza la fase de reclamar a Helena como mi mujer, con lo cual ella también tendrá visado de residencia y trabajo.
Y ahora tengo que adjuntar:
·        Certificado de matrimonio, con la apostilla especifica necesaria por pare del Ministerio de Justicia, y por supuesto traducido.
·        Copia del pasaporte de Helena.
·        Copia legalizada, traducida y visada en Exteriores de mi título de Licenciado.
·        2 fotografías.
Los comentarios son que en como máximo una semana tendremos su visado. Y luego habrá que añadir otra vez el trámite en la Embajada Saudi en Madrid, agregando otra vez certificado médico, y certificado de matrimonio, debidamente legalizados, traducidos y visados. Y dos fotografías. Y nos comentan que el tramite tardar un par de días.
Una vez que llegue aquí, ella tendrá que tramitar su propia tarjeta de residente, que tiene otro nombre que no recuerdo, y se acabó. Para ello tendrá que adjuntar, pasaporte, certificado médico saudí, otra vez certificado de matrimonio, y dos fotografías.
Lo de las fotografías es curioso aquí. Para todo se necesitan dos fotografías. Mi empresa me ha pedido ahora que le lleve 20, para así no tener que pedírmelas cada vez que hagan falta, que son muchas.
Resumiendo, parece que al final todo llega. Aunque Helena no está aquí, y yo diré el plazo final cuando la recoja en el aeropuerto (Que ganas tengo!!!).
Parece que al final no lleva demasiado tiempo culminar el proceso, pero el problema es que nadie te informa de cuánto. De manera que cuando me vine, pensamos que en unas pocas semanas Helena estaría aquí, hasta que te das cuenta de que “está en proceso” y llega un momento en que no sabes cuánto va a durar. Dos meses, tres,..seis. Y asusta.
Ya solo estoy deseando que llegue mi Helena y aprender el camino juntos.
Y para terminar esta entrada, quiero decir a mis hijas que las echo mucho de menos, y que me gustaría poder abrazarlas.
La semana que viene tengo que sacarme el carnet de conducir Saudi, pero eso os lo contare cuando lo apruebe.
Un saludo
                                                                       Antonio, el Konpapeles

miércoles, 26 de enero de 2011

Detenido en Arabia

Y encima, culpable.
Dicho así suena a titulo de película. Cuando conoces, un poco, este país y te lo imaginas, acongoja.
Yo no se que movimientos rutinarios hacéis vosotros cuando tratáis de sacar el coche de un aparcamiento en batería. Pues yo miro el espejo retrovisor interior, luego el de la derecha (hacia donde vas a sacar el coche), desembrago y empiezo a salir. Si encima es en Arabia, pues además con mucho tiento. Y nunca me había fallado el sistema.
Yo no sabia que esos eran mis movimientos hasta que el jueves pasado los rememoraba tratando de averiguar como narices había sido capaz de darle al coche de  un pobrecico dubaití. Lo de probrecico porque no tenia ninguna culpa, pero el tio llevaba un no sequé con un montón de cilindros y de caballos, y era el doble de alto que mi pobre Toyota Prado, que no es pequeño.
Porque no miro también el retrovisor de la izquierda? Pues supongo que porque me monto por ese lado, se lo que hay, y además no salgo hacia ese lado, y supongo que con el retrovisor interior y el izquierdo veo todo lo que pudiera golpear.
Total, que salgo y empiezo a oír un ruido continuo. Continuo porque como no tenia la faintest idea de era tampoco se me ocurrió frenar a la primera. Y a esto que observo que el coche no anda, y yo todavía sin entender. Pero ahí estaba mi amigo Tomas, Jienense el, que me dice “le has dado”. Y le pregunto “a que?”  Y me dice “al coche”. Y le contesto “a que coche?”. Y me dice “Joder, tío, frena”. Y menos mal, porque si no todavía estoy pisando acelerador e igual le llevo a Dubai gratis.
Total que todavía sin ver el puñetero coche, doy un poquito hacia adelante, paro y me bajo. Y a esto que veo bajarse del no sequé con un montón de cilindros a 5 tíos, el mas pequeño el doble que yo.
Mirad, cuando se me paso por la cabeza que eran Saudies, mi amigo Tomas tuvo que recoger del suelo mi hombría y pegarla en su sitio. Pero no. Por suerte, por ahora no. Eran Dubaities. Y más majos que las pesetas. Ufff! Menos mal!
Pero todos los días se entera uno de algo nuevo, sobre todo si viaja. Y resulta que los chicos, muy amables, me dicen que no quieren dinero ni nada, pero que resulta que en los EUA (Emiratos Arabes Unidos) no pueden circular los coches con abolladuras, solo si tienen un parte de accidente firmado por la policía, que les permite un tiempo hasta que lo reparan. Toma ya!! Alguien se lo imaginaba?  Mirad, otro negocio, chapista en los EAU.
Asi que antes de llamar a la policía me preguntan si tengo seguro. Y les digo “Siiiiiiii, en mi empresa me dieron una documentación y me dijeron que no me hacia falta nada mas y que llevaba el seguro”.
Y esto porque, otra curiosidad (hay que ver lo aprende uno), si llevas seguro viene un coche con un gachupino de una agencia privada que trabaja para el gobierno, y hace el parte. Y si no llevas seguro, viene la policía.
Total que una hora mas tarde, por cierto estaba lloviendo en Riad, llega el gachupino de la privada. Que pintas! Que pelaje! En fin. Le doy los papeles y “cha chan”: no llevo seguro. Pero leches yo no se leer árabe, y me dijeron que lo llevaba. Total que me retiene mi documentación y a llamar a la poli.
Mi amigo Tomas sujetándome la hombría para que no se me cayera. Y una hora después llega la policía (seguía lloviendo en Riad). Nos pide la documentación, comprueba que no llevo seguro, y me dice, sin bajarse el del coche, que me suba atrás. Atrás de un coche de policía con su separación de la parte delantera y las ventanillas enrejadas. Claro, Tomas ya no podía sujetármelos dentro del coche, asi que me ate un hilo y me monte en el coche y me dice que cierra la puerta. Una vez dentro te das cuenta de que tú ya no puedes abrir la puerta (lógico). Y haciendo charco en el coche con mis aguas mayores.
Yo ya tratando de relajarme y pensando a quien narices llamaría desde el cuartelillo. Y de pronto me dije “jolín, de todo se sale. Nunca leí en el periódico que desapareciera un español porque no tenia seguro,  y me añadí: ostras, que suerte! voy a saber como son los cuartelillos aquí, y como se duerme, porque a las 2 de la madrugada ya me diréis quien me iba a sacar de allí”.
A esto, que los chicos se acercan al coche, hablan unos 10 minutos en árabe, y mi amigo Tomas me abre la puerta desde fuera para que salga: que valentía! Esto es un tío! Aquí nos vamos al liar una esta noche que ya veras. Pero no. Nos explicaron luego, en ingles, of course, que le dijeron al policía que conmigo no tenían problema alguno, que solo necesitaban el parte de accidente porque eran de los EAU. Y al poli se le cayo el sombrajo de compresión, y me por esta vez, me dejo otra vez libre.
Al final, nos intercambiamos tarjetas de visita los dubaities y los españoles y nos emplazamos a una cena que pagare yo.
Moraleja:
1.     En todos sitios hay gente majísima.
2.     Si conducís en Arabia, no hacedlo sin seguro. El seguro es una tarjeta tipo visa.
Un abrazo, queridos lectores, de un hombre libre.