AL – Khobar; a la Orilla del Mar

Para astir a la sesión cinematográfica que contamos en la entrada anterior, tenemos que desplazarnos a   Al – khobar (y no de La Torre), al lado de Damman, principal puerto marítimo del país, al lado del Oceano Indico. La aventura empieza tratando de localizar a nuestro anfitrión en medio de Riaydh, que de los 5min previstos, se convierten en 45…

Una vez juntos, nos dirigimos a Dammam Road, pensábamos que asi conoceríamos algo mas del país, y efectivamente, 450km de carretera por mitad del desierto, sin una ciudad, sin un pueblo, sin una casa, y casi sin gasolineras. De hecho el peor rato fue cuando el indicador del coche nos decía que nos faltaban 100km y encontramos una gasolinera cuando nos quedaban 15km Situacion totalmente opuesta a la de la ciudad, donde hay 2 gasolineras por habitante casi! Asi que Leccion 1: Si sales de la zona urbana, llena el deposito antes y vuélvelo a llenar cuando vaya por la mitad!

Durante el camino nos llaman la atención unas cuantas cosas: lo primero, la densidad alta de trafico, lo segundo, efectivamente, hay miles de camellos salvajes a lo largo de la ruta (negros, blancos, amarillos, fumando, pasando…) por lo que cobra sentido la existencia de carteles avisando del peligro de cruzarte con un camello en la carretera, que es una de las principales causas de accidentes de trafico en este país.

Lo tercero, la belleza de los cambios de color y textura de las arenas del desierto. A momentos pareces estar en las playas del Caribe, y un poco después en la Road 66, con paisajes de películas del oeste. Aunque seguro que en ninguno de estos paisajes encontraríamos tantos tendidos eléctricos como aquí.

  Tambien, la tristeza de ver los cientos de camiones cargados de carros de combate que se dirigen a Bahrein, donde el Rey ha decidido apoyar al Reino vecino a controlar las revueltas que allí viven.

Este país nunca deja de sorprenderte, después de 200km viendo solo arena, nos encontramos con una senal de autopista que indica “dessert Access” y es que incluso cuando uno va al desierto tiene que seguir un orden

Finalente llegamos a Al-Khoba, y fuera de bromas, por unos instantes, revivimos la sensación de estar en nuestro cabo de palos querido, donde en vez de un faro, hay un restaurante-torre en el mar, y en vez de el mediterraneo es el indico. La impresión que transmite esta ciudad es totalmente diferente a Riyadh; turística, ordenada, mas espaciada, mas movimiento nocturno, gente paseando, e incluso conducen mejor, lo que se demuestra con la presencia de pandillas harley que vimos por la noche. En Riyadh nadie se atreve a conducir en moto.

 La verdad, que si pudiéramos tasladar nuestra residencia aquí, probablemente lo haríamos. Pero aquí no hay agricultura….que le vamos a hacer.

 

Antonio y Elena, cerca del mar